Pulmones débiles: Tus pulmones se quedarán débiles y con poco volumen. Puede haber secrecciones (flemas) tras la retirada del tubo, que por miedo o dolor, tenga dificultad para expulsar.

Sensación de inestabilidad: La tensión que había en tus costillas acaba de perderse por la cirugía. Se va regenerar porque el hueso forma callo en pocos días, pero, al ser tejido blando, tras la operación lo notarás inestable y puede que tengas la sensación de que cruje. No te preocupes y ten en cuenta que el cuerpo quiere cerrar, pero hasta que se forme una estructura fuerte tiene sus tiempos.

Dolor: Como te han hecho un corte en el pecho, el dolor se extenderá por todo el cuerpo, especialmente por la espalda.

Debilidad y fatiga: Después de la cirugía tendrás la sensación de tener menos fuerza y fatigarte más rápido que antes del ingreso en el hospital. Es normal: además de tener los pulmones débiles, al estar tumbado se pierde masa muscular.

Estrés y ansiedad: Estás viviendo una situación excepcional, por lo que es normal que sientas miedo, estrés o ansiedad al notarte tan débil al salir de la cirugía o al pensar en el postoperatorio o en cómo será tu vida a partir de ahora.