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HISTORIA SONORA
Me van a operar
Cambia
de hábitos
La base de una buena salud es...

01. No fumar
02. Mantener un peso saludable
03. Buena alimentación
04. No tomar bebidas alcohólicas
05. Hacer ejercicio
06. Descansar y dormir bien
07. Socializar y relacionarnos con otros

Si quieres vivir más, mejor y que la cirugía y el posoperatorio salgan lo mejor posible, este es el momento de dirigir tus hábitos hacia estos puntos.

Para lograrlo, debes trazar un plan. Empieza analizando el lugar desde el que partes y definiendo qué quieres alcanzar. Es importante que los objetivos sean realistas. Las cosas no suceden de la noche a la mañana y tampoco hay que pretenderlo. A continuación te damos algunas claves para ayudarte a lograrlo.

01
Toda mejora es buena

Puedes desarrollar buenos hábitos a través de pequeños cambios incrementales. Pequeños cambios pueden marcar diferencias radicales y con el tiempo dar resultados drásticos. Si todos los días mejoras un 1 %, al final de un año serás 30 veces mejor que cuando empezaste.

No subestimes una pequeña mejora, porque por mínima que sea repercutirá en tu cirugía y recuperación.

02
Tu nueva identidad: «soy una persona sana»

Sabemos que cambiar los hábitos es difícil. Esto ocurre porque normalmente nos enfocamos únicamente en lo que queremos conseguir (el resultado) y en cómo alcanzarlo (el proceso). Por ejemplo:

 «Quiero perder 15 kilos (el resultado) yendo al gimnasio (el proceso)».

Sin embargo, aunque alcances esa meta de los 15 kilos, el resultado solo será temporal si no has convertido el proceso completo en parte de tu identidad. ¿Qué significa esto? Que considerarse una persona sana hace que sea más probable que adquieras hábitos saludables que pensar que quieres comer sano.

El truco, por lo tanto, está en centrarte en cambiar tu identidad, no solo en los resultados y en cómo conseguirlos. Esto significa que debes evitar los «tengo que» y los «a ver si». La meta no es perder peso, sino convertirte en una persona sana. La meta no es caminar o correr, sino convertirte en un corredor o caminante.

Este truco también puede jugar en tu contra. Quizá hayas internalizado mensajes sobre ti mismo que te boicotean, como «No soy bueno en deporte» o «No me gusta comer verdura». Pero piensa que los pequeños cambios son un reflejo de tu identidad. Cada vez que haces ejercicio o te mueves, eres deportista; cada vez que haces una comida más saludable o eliges agua en vez de un refresco, eres una persona sana.

Piensa en el tipo de persona que quieres ser.

¿Cómo es la persona que perdería 15 kilos?
¿Cómo es la persona que dejaría de fumar o no fuma?
¿Cómo es la persona que come bien?

Cada vez que tengas que enfrentarte a una decisión, una elección o a hacer algo, hazte esa pregunta.

Pequeños cambios que puedes hacer ya:

01
Poco a poco...

En vez de apuntarte inmediatamente a un gimnasio, empieza ya caminando o subiendo las escaleras. Si subir todos los pisos es mucho, bájate una o dos plantas antes.

02
No quites, reduce...

En vez de no comer algo que no deberías, empieza disminuyendo la dosis de ese alimento.

03
Ponle un poco de verdura...

En vez de comer un plato de verdura, añade un poco de verdura a tu plato.

04
Para antes...

En vez de comer hasta saciarte del todo, para un poco antes.

Estos cambios no solo te beneficiarán a ti, sino también a tu entorno.
01

Estos cambios no solo te beneficiarán a ti, sino también a tu entorno. Los adultos necesitamos otro adulto que nos guíe. Si este cambio de hábitos lo puedes hacer acompañado, lo harás mejor y aumentará la motivación. Os animaréis y motivaréis los unos a los otros cuando a alguien le flaquee el ánimo. Cambiar tus hábitos también es una forma de cuidar a los tuyos.

02

Los beneficios no son solo para la cirugía, moverte y comer bien:

  • Previene el alzhéimer y las enfermedades neurodegenerativas.
  • Mejora la salud mental.
  • Ayuda a prevenir el cáncer.
  • Previene las enfermedades cardiovasculares.
  • Mejora cualquier tipo de tratamiento médico.
Trucos para cambiar de hábitos. Póntelo más fácil.
01
Hazlo obvio.

Añade el nuevo hábito que quieras adquirir a uno que ya tengas. Por ejemplo: «Después de mi café [hábito actual] daré una vuelta de 15 minutos [hábito nuevo]».

02
Hazlo atractivo.

Relaciona el nuevo hábito con algo que te guste hacer o con un sentimiento positivo. Relaciona el hábito que quieres dejar con un sentimiento o algo que sea desagradable para ti. Por ejemplo, cambia el «fumar me relaja» por «no tener suficiente nicotina me pone nervioso». Cambia el «si no fumo estoy de mal humor» por «si dejo de fumar estaré mucho más feliz».

03
Hazlo fácil.

Por ejemplo, deja cortados en la nevera unos trozos de fruta. Cuando quieras picar algo, la opción más fácil será la de comer fruta. Si quieres dejar un hábito, intenta ponértelo difícil antes de querer hacerlo.

04
Haz que te satisfaga.

Anímate a seguir con tu hábito haciendo el progreso visible. Registra tus mejoras. Por ejemplo, puedes tachar los días que haces o dejas de hacer algo. Al final, no querrás romper el patrón.

Deja de fumar

Fumar es el principal tóxico vascular y tiene un efecto perverso sobre tu salud, las intervenciones quirúrgicas y la recuperación.

01
Menos oxígeno.

El tabaco hace que tus células tengan menos oxígeno. 

02
Se cicatriza peor.

Los nuevos injertos coagulan peor. 

03
La sangre fluye peor

La sangre fluye peor por las arterias. Aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial, estrecha los vasos sanguíneos y provoca espasmos en los vasos cardíacos. 

04
Y sigue...

Genera problemas respiratorios.

Deja de fumar y no esperes a la cirugía.

Se conoce que los resultados a largo plazo de la cirugía son peores en los fumadores. 

Fin

Guía de Cirugía Cardiaca. ©2021.
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